Es una enfermedad causada por las toxinas salivales de
ciertas especies de garrapatas hembras caracterizada por una parálisis motora
flácida ascendente que puede producir la muerte por pérdida de la función
muscular (parálisis respiratoria) y otras complicaciones.
Se cree que la parálisis por picadura de garrapata se debe a
reacciones adversas del organismo a las toxinas que se encuentran en la saliva
de la garrapata, al momento que estas entran en el torrente sanguíneo, mientras
la garrapata se alimenta. Las dos especies más comúnmente asociadas a este
padecimiento en Norte América son:
la garrapata de la madera de las Montañas Rocallosas (Dermacentor andersoni )
y la garrapata americana del perro (Dermacentor variabilis), sin embargo, en todo el mundo 43 especies
distintas de garrapatas se han asociado con la transmisión de esta enfermedad. En América del Norte, la mayoría de casos
de la parálisis por picadura de garrapatas se producen entre los meses de abril
y junio, cuando los adultos de las garrapatas del género Dermacentor emergen
de su hibernación y buscan activamente hospederos. En Australia, este padecimiento es causado por la garrapata Ixodes
holocyclus, de 1989
a 1999, se reportaron 20 casos mortales.
La parálisis por picadura de garrapata puede ser fatal para
varias especies de animales domésticos, principalmente perros, vacas y ovejas.
Aunque esta enfermedad es motivo de preocupación respecto a los animales
domésticos y el ganado, en los seres humanos no lo es tanto, ya que los casos
en humanos son raros y por lo general se presentan en niños menores de 10 años.
La parálisis por picadura de garrapata es inducida
químicamente por la garrapata, por lo que, generalmente, el trastorno se
prolonga únicamente mientras continúa alimentándose de su hospedero. Por lo que
una vez que se retira la garrapata, los síntomas generalmente disminuyen
rápidamente. Sin embargo, en algunos casos, se puede desarrollar parálisis
profunda e incluso puede llegar a ser fatal antes de que alguien se de cuenta
de la presencia de una garrapata, ya que a diferencia de las pulgas y los mosquitos, su picadura no causa comezón, a menos que haya
una reacción alérgica.
El comienzo de los signos neurológicos es gradual,
iniciándose con dificultad para desplazarse, desequilibrio, debilidad en las
extremidades posteriores, para luego afectar miembros anteriores y cuerpo en
general. Los animales caen de cúbito en aproximadamente 1 a 3 días. Si la garrapata no es removida, la toxina
puede ser fatal, con tasas de mortalidad reportadas de 10 al 12 por ciento, por lo
general debido a una parálisis respiratoria.
Actualmente no existe
ninguna vacuna disponible para cualquier enfermedad transmitida por garrapatas,
a excepción de la “Encefalitis transmitida por
garrapatas”. Por lo tanto, las personas y sus mascotas deben tomar
precauciones al entrar en áreas infestadas de garrapatas, sobre todo en los
meses de primavera y verano. Los repelentes de las garrapatas que contienen DEET (N,N, dietil-m-toluamida)
son medianamente eficaces y se podrían aplicar a la piel o la ropa. En ocasiones,
pueden darse reacciones
alérgicas graves en algunas personas que usan productos que
contienen DEET.
La permetrina,
que sólo se puede aplicar a la ropa, es eficaz en la prevención de las
picaduras de garrapatas, pero la permetrina no es un repelente, sino más bien
un insecticida, este hace que las garrapatas caigan de la ropa protegida. Se
recomienda precaución en su uso, ya que los niños pequeños pueden ser
especialmente vulnerables a sus efectos adversos.
Existen productos
naturales que protegen nuestras mascotas sin generar en ellas y en nosotros
graves riesgos en la salud, uno de estos productos es el disco Pet Protector el
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